Sir Reginal Wright hizo de su castillo uno de los lugares mas emblemáticos de los años 30: recepciones, banquetes y conciertos convirtieron este castillo en un sitio único e intemporal en un marco romántico de ensueño. Aquí se combinan los colores de antaño con la modernidad que requiere cualquier hotel de lujo aunque siempre respetando su patrimonio histórico.