Este espléndido castillo del siglo XVI se alza entre Burdeos y Bergerac en pleno corazón de la Dordoña y ha sido restaurado y transformado en un hotel de lujo: lo llaman el “pequeño Versalles”. Desde el primer momento este lugar resulta familiar por la personalización de la decoración de estilo “maison de campagne” a la francesa, el confort de las habitaciones y la excelente acogida.